Acarició su espesa barba con delicadeza y sumergió la pluma en el tintero. Cuando la tinta impregnó el instrumento, un suave movimiento de brazo posó la punta en el pergamino recién fabricado y comenzó a escribir. La muñeca y los dedos bailaban al son de la voluntad de una mente escritora, esclavas de su deseo. Las líneas se sucedían una tras otra en un maravilloso compás de palabras en perfecta armonía. Las letras emanaban con serenidad y dedicación. Su caligrafía era tan bella y precisa que era capaz de hacer que un pintor derramase sus primeras lágrimas. Una auténtica simbiosis ocurría entre el escritor y su pergamino. Así como la sangre de su cuerpo lo mantenía con vida, la tinta de sus escritos le daba una razón para vivir.
Simbiosis

Publicado por Aitor Morgado
Autor de «Escudo de Tinta» y «Buscando a Atlas». Soy escritor desde hace muchos años y me apasionan las letras. También soy Técnico Superior en Comercio Internacional, Técnico Superior en Administración y Finanzas, traductor y especialista en SEO. Me interesan la literatura, la historia, la filosofía, la mitología, los idiomas, la economía digital, las finanzas, el fitness y el heavy metal. Ver más entradas
Tienes muy buen gusto a la hora de emplear recursos de estilo. Sigue así 🙂
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Gracias, Javier. Me motiva que te pases por aquí de vez en cuando. ¡Un saludo! 😉
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Muy bueno 😏👌
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Me alegro de que te haya gustado.
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