Habla tu mirada
y gritan tus ojos,
pero callan tus labios
y permanecen sellados.
Quiero escuchar tu voz,
que rías conmigo,
o que llores en mi hombro.
Habla,
grita,
ama,
odia,
¡pero reacciona!
Te veo en tu mirada,
te conozco en tus ojos.
Estás ahí,
sé que estás.
No puedes engañarme más,
no necesitas engañarte más,
porque he visto tus ojos,
un fugaz destello,
un imperceptible movimiento.
Sé que tienes miedo
y que te asalta la duda,
las cadenas son difíciles de quebrar,
y más aún
que su opinión deje de importar.
Habla tu mirada
y gritan tus ojos.
Tus labios siguen sellados
y el mundo ha ganado.