La inocencia,
la pureza de pensamiento
sin escudos,
sin barreras,
cicatrices futuras
que aún no han aparecido.
Raíces que crecen
desde lo más profundo
hasta tocar el cielo,
llenas de buenas intenciones
y visiones de un futuro glorioso.
El mundo conspira a mi favor
mientras mis raíces son fuertes
y yo conspiro contra él,
crezco fuerte y seguro
en una rebeldía adolescente
pero no por mucho tiempo.
Qué rápido olvidamos,
qué rápido quemamos nuestras raíces,
qué rápido rompemos las fotos,
qué rápido huimos.
El mundo conspira en mi contra,
ahora que mis raíces son débiles
y acaban convirtiéndose en ceniza
dejando un rastro de arrepentimiento.
Mis raíces
no volverán a crecer jamás,
la inocencia,
apenas recuerdo lo que era,
mi rebeldía,
no era más
que un juego de niños.
Avanzo,
corro todo lo que puedo,
atravieso campos y océanos
y no olvido mis raíces,
porque ellas
jamás me olvidarán a mí.